Fuerteventura: El American Star
La historia del American Star comienza en 1939, cuando era bautizado por Eleanor Roosevelt con el nombre S.S. America, el lujoso transatlántico de la naviera United States Lines.
Fue considerado uno de los barcos más lujosos e importantes del mundo (su longitud era 48 metros más pequeña que la del Titanic) siendo militarizado en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, pintandolo de camuflaje y rebautizandolo como U.S.S. Westpoint.
Después de varios años, el barco pasó por diferentes propietarios teniendo nombres como S.S. Australis, S.S. Italis, S.S. Noga y S.S. Alferdoss.
Más tarde, ya por el año 1993, la compañía tailandesa Chaophraya compra el viejo barco por un valor de 2 millones de dólares con el objetio de convertirlo en un hotel flotante de lujo en Bangkok. Fue aquí cuando se rebautizó como American Star.
El 15 de Enero de 1994, con las hélices desmontadas y propulsado por el remolcador ucraniano Neftegaz 67, el barco se dirigía con la intención de hacer escala a el Puerto de La Luz y de Las Palmas (Gran Canaria), sin saber que una terrible tormenta le esperaba en las aguas de las islas.
El temporal azotó el barco e hizo imposible los intentos de recuperar el control del barco, incluso con la ayuda del Neftegaz 67 y dos remolcadores más. Dos días más tarde, un helicoptero rescataba a la tripulación del American Star y decidían dejar el barco a la deriva, para recuperarlo cuando pasara la tormenta.
Desgraciadamente, el 18 de enero, el histórico transatlántico encallaba en la playa de Garcey (Pájara, Fuerteventura).
Mientras se encendían las discusiones entre los dueños de la nave, el remolcador, y las aseguradoras, la nave fue desatendida hasta que el casco se partió a la mitad a consecuencia de las fuertes corrientes de agua y oleaje de la zona. Poco más tarde la popa del barco se hundía en el océano. El 6 de julio el American Star era declarado siniestro total.
No faltaron rumores sobre el suceso. Algunos afirman que el remolcador soltó las amarras apropósito, para posteriormente abandonar el lugar, como efectivamente hizo, o que todo estaba planeado por la empresa tailandesa, ya que era más fácil viajar hacia Oriente atravesando el canal de Suez, en lugar de rodear África.
Actualmente, el American Star se puede ver perfectamente desde las playas de Fuerteventura y es toda una atracción turística para los extranjeros y no tan extranjeros. Desgraciadamente, se ha cobrado algunas víctimas que han intentado explorar el barco en su peligroso estado actual, lo que ha hecho que los majoreros lo llamen el barco fantasma.